Invitadas por el proyecto MARES, hemos impartido un taller de reciclaje de ordenadores personales.

Con unos destornilladores y unas torres de ordenadores de esas que ya nadie quiere tener en casa nos hemos puesto manos a la obra a abrir, observar, desmontar, hacernos preguntas y entender.

El taller hay sido muy motivador y muy divertido. Y ya, volviendo a casa, nos preguntábamos por el sentido de organizar talleres como este. ¿Qué se aprende destripando un viejo ordenador?

MARES Madrid es un proyecto de transformación urbana a través de la economía social y solidaria, que busca fomentar iniciativas productivas y cambiar la ciudad de Madrid incidiendo en cinco sectores: movilidad, alimentación, reciclaje, energía y cuidados. Para MARES Reciclaje el taller se enmarcaba en unas jornadas para promocionar la Economía Circular y Social en red, en proyectos relacionados con la reutilización, la reducción y el reciclaje de residuos.

En este marco el taller tenía todo el sentido pero ¿tendría utilidad organizarlo en un espacio de empoderamiento para mujeres, en una escuela de primaria o secundaria, en un centro cultural...?

La historia del ordenador personal es un recorrido fascinante por un denso entramado de decisiones técnológicas, empresariales y sociales, más o menos deliberadas o accidentales. Nuestros portátiles actuales son la continuidad de esa historia, gestada en los años 80 del siglo XX. Básicamente, siguen siendo iguales a los primeros ordenadores IBM PC.

Cuando destripas un ordenador construido bajo los modelos de hace veinte o treinta años haces un viaje al pasado. Entiendes, ves con los ojos y puedes tocar con las manos, los problemas tecnológicos (y económicos) que había en esa época. Puedes observar cómo se resolvieron y preguntarte el porqué. Y puedes ver cómo esas soluciones han seguido evolucionando. ¿En qué sentido? ¿Cómo y hacia dónde?

Lo más inmediato, abriendo un ordenador, es que puedes aprender cosas sobre electrónica, circuitos, ensamblajes... Como no pasa nada si se estropea, puedes trastear y disfrutar desmontado y desmontando, destripando y rompiendo hasta llegar a las tripas.

Pero hay algo más, porque la construcción de tecnologías es una acción humana que transforma el mundo, y en esa transformación se hacen visibles todas las relaciones de poder. La tecnología, hoy por hoy, es un lenguaje de poder, de poder sobre el mundo y también sobre la modulación del comportamiento de las personas. Y un lenguaje de poder es tendente a crear ideología, modelos, patrones, moldes... que van más allá de las tecnologías y que se extienden por todo tipo de ambientes y comportamientos, porque se hacen "naturales".

Entonces, volviendo a la pregunta de qué sentido tiene destripar un viejo ordenador de sobremesa, encontramos muchas respuestas.

Se puede plantear como una actividad de empoderamiento, para llegar a ser capaz: Cuando abro un ordenador ¿tengo miedo de tocarlo? ¿Cómo me voy a sentir si lo estropeo?

También como una actividad de pensamiento lógico: ¿Qué prueba puedo hacer para saber si la fuente de alimentación funciona? ¿Porqué estos dos componentes que hacen lo mismo no son intercambiables? ¿Qué significa esa muesca que hay en el conector?

O como una actividad de pensamiento crítico: ¿Qué camino están tomando las tecnologías? Si el calor estropea los ordenadores ¿porqué se considera una mejora el hacerlos cada vez mas pequeños y compactos, aunque se calienten más? ¿Qué pasa con la basura electrónica? ¿Quién toma las decisiones sobre las tecnologías que usamos (y que vemos físicamente al abrir el ordenador)?

También como una actividad creativa y artística: Con todo esto que hay dentro del ordenador ¿qué otras cosas podría fabricar (adornos, bisutería...)? ¿Dónde está la belleza de todo esto? ¿Cómo desmonto los componentes para llevarlos a un montaje artístico o creativo?

Y, por supuesto, como una actividad de aprendizaje: ¿Cómo puedo quitar el disco duro al ordenador que no funciona y montarlo en el ordenador que sí funciona? ¿Cuántos voltios están llegando a la placa madre?

Así que te animamos a llevar a tu grupo actividades como esta, que, pasando por el reciclaje, pueden llegar incluso mucho más allá.

Por cierto, los ordenadores nos los habían cedido desdel EvaLab, en el Espacio Vecinal de Arganzuela. Ahí puedes encontrar muchas otras actividades tecnológicas, todas gratuitas.