En otoño de 2017, recibimos una llamada de Diana Franco, responsable de Hirikilabs, el Laboratorio
Ciudadano de Cultura Digital y Tecnología situado en Donostia/San Sebastián, proponiéndonos
crear un grupo de trabajo para realizar una investigación.

Diana Franco sentía la necesidad de contrastar y reflexionar sobre lo que observaba en el interior de este equipamiento público de cultura digital, con el objetivo de seguir mejorando el servicio que allí se ha venido prestando a la ciudadanía.

¿Qué es lo que observaba? Principalmente, y explicado de forma muy resumida, se trataba de comportamientos que denotan brechas de presencia, participación, apropiación, cuidados, etc.

Formamos un grupo, junto con Inés Bebea, Estrella Soria y, por supuesto, Diana Franco, y nos pusimos a observar los comportamientos en los espacios que, genéricamente, llamamos “Labs”, para luego tomar distancia e indagar en algunos casos contemporáneos de procesos de desarrollo tecnológico.

El motivo que nos ha llevado a salir de los Labs y sumergirnos en algunos de esos desarrollos tecnológicos contemporáneos ha sido la intención de investigar si lo que ocurre en los Labs, lo que cada una de las personas que los frecuentan se sienten legitimadas para hacer y decir, y lo que hace que muchas personas ni se acerquen, responde, en esencia, a la misma cultura (los mismos discursos, los mismos valores) que impregna las grandes tecnologías en manos de las grandes corporaciones.

El resultado de la investigación se recoge en el texto "Las voces de la tecnología que resuenan en los labs", y que se ha publicado gracias a la financiación de Tabakalera - Centro Internacional de Cultura Contemporánea.